Época: Mesopotamia
Inicio: Año 1800 A. C.
Fin: Año 539 D.C.

Antecedente:
Grupos sociales en Babilonia

(C) Alvaro Cruz García



Comentario

Para el correcto nacimiento del niño era preciso llevar a cabo una serie de prescripciones rituales, tales como plegarias al dios Sin, el dios Luna, para que fuera favorable. También se tenían cuidados especiales con la parturienta, que variaban en función de las posibilidades económicas de la familia. De esta forma, las mujeres adineradas contaban con la ayuda de médicos, fármacos y comadronas.
Los recién nacidos recibían también una atención especial, pues, como la madre, se encontraban en peligro. Era muy usual la utilización de pequeños amuletos protectores, con la imagen del demonio Labartu, considerado el causante de algunos males.

En una sociedad patriarcal, los niños eran mejor recibidos por el matrimonio que las niñas. Probablemente el nombre le era impuesto al poco de nacer, pues era uno de los elementos más importantes para la persona. El nombre de un individuo, generalmente de por vida, tenía una significación religiosa, de tal forma que el individuo podía acogerse a la protección del dios al que su nombre invocaba.

La lactancia se prolongaba hasta los tres años y era administrada por la madre o una nodriza, si ello era económicamente posible. Hasta esa edad el niño estaba bajo la tutela de su madre mientras que, a partir de entonces y hasta los diez años, estaba bajo la del padre, aunque la madre vigilaba el crecimiento y educación de las niñas. A esa edad se consideraba que un individuo era apto para el compromiso matrimonial.

No sabemos que existiera ningún rito que celebrase el paso de la infancia a la edad adulta, lo que no significa que no existiese.